Trata de un gigante-niño, al que corren de la casa sus papás porque no es agresivo, como se supone que deben serlo los gigantes, en cambio quería ser guardabosques y jugar con los cachorros humanos. Esta parte no me gustó, especialmente porque no se resuelve en ningún momento, los padres no vuelven a aparecer o dar muestras de que lo acepten.
El resto de la historia supone un viaje de aprendizaje y maduración en el que se enfrenta a peligros, vence sus miedos, se despoja de algo preciado, en fin, mensajes con los que tampoco termino de estar muy de acuerdo.
Pero puedo decir que los niños estaban muy interesados, visualmente es muy atractiva, la música es acorde, se comprende perfectamente lo que dicen, el público rió y se emocionó con la historia y no vi a nadie salirse del Auditorio, que estaba a reventar.
A mi niño le encantó, especialmente el oso, capturé un pedacito del río, que me pareció muy bonito, también había un brujo que vivía en un árbol.
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